Por: Rodheliz Tejeda Alemán,
Voluntaria líder del monitoreo nocturno en Cabezas de San Juan
Mi nombre es Rodheliz Tejeda Alemán, soy del pueblo de Gurabo y comencé mi voluntariado con Para La Naturaleza el 19 de febrero del 2022. Al recibir la convocatoria para el Monitoreo Nocturno de Bioluminiscencia y Contaminación Lumínica, vi la oportunidad de retomar y cumplir mi deseo de adolescente de ser voluntaria. En ese tiempo no pude disfrutar de las diversas actividades. Sin embargo, el universo fue espléndido conmigo y, ya de adulta, me dio la oportunidad de responder al llamado de la naturaleza.
Cuando reflexiono sobre lo que me ha motivado a participar en eventos de voluntariado relacionados a la naturaleza, rápido viene a mi mente la canción “Siempre verde, siempre azul” de Burbujita y Bolillo, que la Sra. Marta García (mi maestra de Kinder), nos puso un Día del Planeta Tierra. Gracias a ella empecé mi activismo ambiental, reclutando a familiares y gente del barrio para recoger la basura que era algo normal, pero contamina y destruye el único planeta que habitamos. Ese evento me llevó a ser una persona más reflexiva y consciente.
Así como es importante estudiar y conocer las ciencias naturales y ambientales, siento que hay un vacío y una necesidad de activismo social y ambiental. Busco en el voluntariado, además de adquirir conocimiento y experiencia, conocer y ayudar a documentar nuestro impacto ecológico en el planeta, perseguir un estilo de vida más respetuoso y en armonía con el medio ambiente, apoyar en la búsqueda de soluciones y ser un agente de cambio a través del ejemplo. Por eso, también considero que estos eventos de voluntariado son el espacio perfecto para poner manos a la obra, juzgar menos y educar más. Estos eventos son importantes para crear la conexión con el único planeta que nos sustenta y que está vivo, para que haya una apreciación y en consecuencia el deseo y la urgencia de proteger.
Por último, debo decir que este voluntariado ha sido sanador para mí, más de lo que pudiera haber deseado. Sólo tengo agradecimiento a todas las personas que he conocido, es un aprendizaje increíble. Ha sido un placer conocer personas que comparten conmigo esta misma pasión inflexible, que aportan su tiempo y esfuerzo por amor, y que llenan el mundo de esperanza. Gracias por tan hermoso acto de humildad. Como diría Don Juan Matus: “…Esta Tierra, este ser hermoso que está vivo hasta sus últimos resquicios y que comprende cada sentimiento, me ha dado cariño, me ha curado de mis dolores; y finalmente, cuando entendí todo mi cariño por ella, me enseñó lo que es la libertad.”