Hace unos días nos lanzamos a descubrir una de las bellezas naturales de Puerto Rico que Lil Man no conocía: la Bahía Bioluminiscente de Fajardo. Fue toda una “aventura”, como le llama Lil Man cada vez que visitamos algún lugar que quede a más de 30 minutos.
Cuando llegamos a Cabezas de San Juan, localizado justo al lado del balneario Seven Seas, nos enteramos que el recorrido no era solamente de la bahía, sino de diferentes áreas de la reserva. De esta manera, podíamos ver la bahía desde diferentes ángulos y aprender un poco más sobre su importancia y nuestra responsabilidad hacia ella.
A las 7:00pm nos montamos en una guagua estilo safari con el resto del grupo y Astrid, nuestra guía de la noche. Lil Man estaba muy emocionado porque decía que se parecía al safari de Animal Kingdom en Disney, jaja.
Estas fueron las tres áreas que visitamos:
1. El Faro
Llegamos al faro, y aunque es precioso y la vista aún más preciosa, estaba un poco confundida. ¿Qué hacíamos aquí tan arriba, cuando la bahía está allá abajo?
Lo primero que hicimos cuando entramos fue ver una presentación sobre la bioluminiscencia y contaminación lumínica.
Bioluminiscencia
La bioluminiscencia se refiere a luz creada por organismos vivos. Un ejemplo son las luciérnagas. En el caso de la bahía, la crean unos microorganismos conocidos como dinoflagelados. Pero para que estos microorganismos puedan vivir e “iluminar” las aguas, tienen que cumplirse ciertas condiciones ambientales:
- Bahías o lagunas de agua salada, con poca profundidad y salidas pequeñas hacia el mar. Esto permite que haya poco flujo de agua entrando y saliendo, y como consecuencia, los microorganismos no se salen al mar.
- Manglares. Los manglares producen unas sustancias que ayudan tanto a la alimentación como a la multiplicación de los microorganismos.
- Poca precipitación. La lluvia mueve el agua, y su agua dulce disminuye la salinidad. Ambos afectan el ambiente de los microorganismos.
Contaminación Lumínica
La contaminación lumínica se refiere simplemente a la presencia de demasiada luz en el ambiente, especialmente de noche. La iluminación es buena para nosotros, pero no para los animales y organismos que son nocturnos y necesitan la oscuridad para poder sobrevivir.
Un ejemplo muy popular últimamente son los Tinglares, unas tortugas que suelen crear nidos en las playas de Puerto Rico. Cuando los bebés nacen, su instinto es buscar la luz de la luna y su reflejo en el mar para poder dirigirse hacia el mar. Sin embargo, con tantas luces en las calles, casas y edificios, se confunden y caminan hacia áreas peligrosas como verjas, calles con carros, etc.
Vimos unas fotos del área de Fajardo vista desde el Faro de hace muchos años, cuando no había tanta iluminación. Luego vimos fotos de la misma área repleta de iluminación. La diferencia es bien drástica, y hasta se ve un aura bien fea rodeándolo.
Luego de terminada la presentación, subimos al faro para ver la bahía y el área de Fajardo. Pudimos notar cómo los esfuerzos de Para la Naturaleza y el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, han podido reducir la contaminación lumínica considerablemente. La vista de noche es hermosa, pero luego de lo aprendido, se ve que nos falta mucho por hacer.
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