Anualmente, se hacen conteos de nidos y censos de adultos para estimaciones poblacionales. Se entiende que, al presente, el número de mariquitas en Puerto Rico ronda los 1,000 individuos, restringidos en cuatro zonas: Mona (200), Roosevelt Roads (50), Bahía de Jobos (50) y el Refugio de Vida Silvestre en Cabo Rojo y áreas circundantes (700). La cantidad posiciona a la especie como una de las más amenazadas en la isla y las Antillas.
Para inicios del siglo pasado, esta ave era abundante en Puerto Rico, pero la pérdida de hábitat por actividades humanas y el aumento en las poblaciones del tordo lustroso aportaron a su disminución. El tordo es una especie que parasita los nidos de mariquitas, invadiéndolos con sus huevos y forzando a los adultos a cuidar y criar a los recién nacidos. Esta conducta limita los recursos para las crías de mariquita y puede ocasionarles la muerte.
La mariquita es una especie endémica de Puerto Rico, que brinda servicios ecosistémicos y atrae al turismo por su rareza. Para González Crespo, estas y otras razones justifican su conservación.
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