Es la primera vez que el Cañón San Cristóbal, en Barranquitas, recibe la visita de los participantes del Taller de Inmersión que ofrece Para la Naturaleza (PLN). Los 21 niños y niñas, que rondan entre los 9 a 12 años, fueron oficialmente los pioneros del taller en acampar por cinco días en los predios del centro de visitantes del Cañón. Allí, conocieron la historia del área natural protegida, sembraron 80 árboles endémicos en la parte baja del Cañón y conocieron de cerca la interconectividad que existe entre los ecosistemas de la montaña y la costa.
Los participantes también exploraron la vida nocturna de la cordillera central y viajaron hasta la Hacienda Esperanza donde navegaron el río Grande de Manatí en kayak. De hecho, esta fue una de las actividades que más disfrutaron los participantes.
“Lo más que me gustó fue kayakear porque yo no sabía hacerlo. Tampoco había ido a la parte de abajo del Cañón. Yo pensaba que el Cañón no iba a ser tan entretenido, pero sí lo fue. Vimos un montón de animales. Vimos un pájaro san pedrito, un lagartijo puertorriqueño y una pelota de araña dorada”, dijo uno de los participantes del taller, Ángel Nuñez.
La experiencia de Johnel Santos fue casi idéntica a la que tuvo Ángel durante su estadía veraniega. Sin pensarlo dos veces suelta: “acho, estuvo brutal bajar al cañón. La naturaleza es tan espectacular que uno se pierde en ella”.
Era inevitable no fijarse en los rostros alegres que traían los jóvenes líderes durante el cierre del Taller de Inmersión llevado a cabo el pasado viernes. Cada uno de ellos estuvo a cargo de velar por la seguridad de los participantes y ofrecerle talleres dinámicos sobre la deforestación, el cambio climático y la importancia de la conservación natural. No cabe duda de que los líderes se gozaron ver cómo los participantes ampliaban sus conocimientos y experiencias de vida.
“Es muy lindo ser líder porque uno le enseña a ellos y al final del día uno dice: ‘¡wow yo le enseñé eso y se lo aprendió todo!’. Esto hace que uno se sienta orgulloso de uno mismo. Aunque llevo desde pequeño tomando los talleres de Para la Naturaleza, llevo solo dos años siendo líder. Recuerdo que quería ser líder desde que entré en el taller como participante”, confesó Airon Ponce, de 14 años.
La emoción de los padres al ver a sus hijos tan envueltos y apegados a la naturaleza dejó lágrimas de felicidad en algunos progenitores orgullosos. Una de ellas fue Grisely Torres, quien se convenció de matricular a su hijo Diego Vázquez Torres al saber que tendría una conexión directa con la naturaleza y que obtendría destrezas de liderazgo.
“Lo que queremos es que ellos sean líderes, que sean ambientalistas y que amen a la naturaleza. Yo lo veo tan feliz, hasta se le ve el brillito en los ojos por estar en el taller”, aseguró Torres.
Para Fernando Lloveras San Miguel, presidente de Para la Naturaleza, este Taller de Inmersión es medular y gratificante para cada uno de los participantes, líderes, padres y profesionales que forman parte de él. Además del conocimiento que adquieren los niños y niñas, el liderazgo que desarrollan también es parte esencial.
“Estos talleres tienen la bondad de poder sumergir a niños y niñas en la naturaleza por cinco días, sin nada electrónico, solo usando todos sus sentidos para conocer su entorno real. El resultado es lo que estamos viendo ahora mismo, que están observando todo y aprendiendo los nombres exactos de las especies de árboles, insectos y aves. Esto antes era ajeno a su entorno…Este taller tiene grandes contribuciones, una de ellas es que estos niños salen líderes y logran crear relaciones que no tenían antes”, explicó Lloveras San Miguel.
Los 25 años del Taller de Inmersión
Hace 25 años atrás, amantes a la conservación se unieron para desarrollar un taller para que los niños de diferentes partes de la Isla se integraran directamente con la naturaleza. De ahí, nace la idea de crear un Taller de Inmersión en las distintas áreas naturales que protege la organización Para la Naturaleza.
Esther Díaz es la única experta que formó parte de la creación del taller y aún permanece en Para la Naturaleza. De hecho, el cariño que le tienen a Esther es tanto que para toda persona que ha forma parte del Taller de Inmersión, ella es “la gurú oficial de los líderes”.
“Ella es de las personas que tiene la habilidad de saber qué niño puede ser un líder en el futuro. Ella siempre está pendiente a qué cosita hay que corregir, si hay que mejorar un poco la dicción, si estás hablando mucho o en un vocabulario que los nenes no entienden. Todas esas críticas constructivas que ella da ayudan a formar líderes. Es la mejor y es como una madre para nosotros”, dijo Jean Carlos Díaz, líder del taller.
Durante el cierre de la actividad, se homenajeó la labor de Esther y se le hizo entrega de una emotiva postal junto a las huellas de cada uno de los líderes que le dan vida al Taller de Inmersión.
Este taller de inmersión Para la Naturaleza fue posible gracias al auspicio de Save The Children. Save the Children es una organización independiente líder a nivel mundial en el trabajo a favor de la infancia. Desde su fundación en 1919, Save the Children ha transformado el mundo para los ninÞos. A traveìs de su trabajo sobre el terreno, con comunidades y con gobiernos, han ayudado a definir y a conseguir que las promesas que el mundo hace a la infancia se cumplan, desde la primera Declaración de los Derechos del Niño, de 1924, redactada por su fundadora, Eglantyne Jebb, hasta la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas de 1989.
Save the Children es parte de un movimiento que tiene la oportunidad única de evitar que los niños mueran por causas evitables, que no disfruten de una educación de calidad y que vivan expuestos a la pobreza, la violencia o las emergencias.