Los destrozos ocurridos en Guánica tras el paso de los huracanes Irma y María en 2017, que se agravaron de forma exponencial con los sismos de 2019 y 2020, hacen de este municipio el escenario idóneo para crear centros comunitarios especialmente diseñados para funcionar como refugios –seguros, dignos e inclusivos– durante emergencias.
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