Si en años previos los puertorriqueños lidiaban con el azote de fenómenos atmosféricos, a partir del 1 de junio, cuando comienza la nueva temporada de huracanes, las autoridades se disponen a trabajar simultáneamente con los planes de acción para atender emergencias provocadas por ciclones, inundaciones, terremotos e incluso la posibilidad de tsunamis en medio de una pandemia.
“Es la nueva realidad que tenemos que vivir con ella. Va a llegar el momento en que estaremos trabajando con el problema de los temblores, la pandemia y preparándonos para los huracanes. Los planes de emergencia -de ahora en adelante- no son solamente planes para huracanes”, enfatizó el general José Burgos, comisionado del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD).
“Tenemos que ser flexibles en términos de lo que nos va a tocar. Algún día nos vamos a levantar con las tres emergencias a la vez y nos va a tocar trabajar con eso”, agregó.
Además, los pronósticos apuntan a una temporada de huracanes más intensa que la de años anteriores, aunque en el 2017 la isla fue sacudida por los huracanes Irma y María, este último el más feroz y devastador para Puerto Rico.
El Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) informó que hay un 60% de probabilidad de que la temporada de huracanes esté por encima de lo normal.
Pronosticó de 13 a 19 tormentas, de las que 6 a 10 podrían convertirse en huracanes, incluyendo de 3 a 6 huracanes categoría 3, 4 o 5; con vientos de 111 mph o más. Estos pronósticos de la NOAA tienen una certeza de un 70%.
“Son pronósticos mucho más altos que los de los últimos 30 años, así que estamos esperando que sea una temporada bastante activa”, dijo Burgos.
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