Kurtis Baute se autodenomina un “científico curioso”. Y, como tal, hizo algo inusual: se encerró en un invernadero con 200 plantas.
El canadiense ingresó a estructura de plástico de tres por tres metros a la medianoche del martes pasado en la Columbia Británica, oeste de Canadá.
El objetivo: crear consciencia sobre el cambio climático, al tratar de comprobar si las plantas, que utilizan la luz solar para convertir el CO2 en oxígeno durante la fotosíntesis, iban a regular los niveles de CO2 en la cúpula.
La idea consistía en estar tres días encerrado con las plantas, pero se vio obligado a abandonar su intento después de 15 horas, a medida que aumentaron los niveles de CO2.
Agradeció a los fanáticos y describió la experiencia como un “gran éxito”.
Con el hastag #KurtisInAJar, el joven canadiense publicaba cómo iban las cosas durante su estadía en el invernadero.
I'm free!!!!! #kurtisinajar pic.twitter.com/cYVIoRiv1M
— Kurtis Baute (@kurtisbaute) October 24, 2018
“Soy libre”.
El aire que exhalan los humanos contiene más CO2 que el aire que inhalamos. Eso significa que los niveles de CO2 dentro de la cúpula aumentaron a medida que el experimento continuaba. Cuando el nivel de CO2 alcanza el 10%, las personas pueden sufrir daño cerebral, caer en coma o morir.
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