Está “entre montañas”. Es decir “otoao”, significado del vocablo aborigen relacionado con el nombre de Utuado, municipio donde está ubicado un nuevo yacimiento arqueológico que brindará información relevante sobre nuestras primeras poblaciones indígenas, las más antiguas de la zona central de la Isla.
Justo entre los barrios Don Alonso y Limón, específicamente en la Cueva del Abono, toma lugar la excavación e investigación liderada por el arqueólogo Reniel Rodríguez Ramos junto a miembros de la Sociedad Arqueológica del Otoao.
Según el doctor Rodríguez Ramos, la cueva lleva ese nombre por ser una de las tantas empleadas para la explotación del guano con el fin de usarlo como fertilizante en la agricultura.
El guano (una palabra de origen quechua) es un abono producto de la mezcla de excremento de murciélagos y aves u otros animales que viven en áreas de escasa humedad. Es un material de gran valor no solo por su uso en la agricultura, sino que hasta se utilizó como material explosivo por sus concentraciones de fósforo y nitrógeno.
“Este contexto arqueológico se destaca por estar compuesto de una cultura material que lo ubica en la época arcaica de la Isla, siendo hasta el momento el asentamiento más temprano identificado en el interior montañoso”, dijo el profesor del Programa de Ciencias Sociales del recinto de Utuado de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Entre los materiales excavados se encuentra una gran gama de restos alimenticios, que incluyen caracoles terrestres, pájaros, reptiles y crustáceos como la buruquena y la chágara, obtenidos de los ríos y quebradas de la zona.
Además, se identificaron numerosas herramientas de piedra, incluyendo algunas hechas de pedernal, roca sedimentaria que, según el profesor, fueron utilizadas por las sociedades indígenas para producir implementos con el fin de cortar la carne y labrar la madera.
Incluso hay un pedernal rojo trabajado con calor.
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