A través de una iniciativa – que incluye actividades de restauración que promueven el mejoramiento de la llanura aluvial, los humedales y los bosques costeros – esta colaboración busca fortalecer los ecosistemas usando la reforestación como práctica de restauración. De esa manera, se propone reducir la vulnerabilidad de las comunidades ante futuras tormentas e inundaciones, a su vez mejorando el hábitat y el de las especies que utilizan el mismo.
El proyecto se encuentra en su tercer año de implementación, con más de 30,000 árboles nativos sembrados en ecosistemas costeros, humedales y ribereños; esta cantidad representa el 65% del objetivo de 50,000 árboles. Durante este tercer año, se comenzó a monitorear el progreso de las áreas sembradas mediante monitoreo acústico. La idea del monitoreo acústico es recolectar datos y a su vez identificar la presencia o ausencia de especies en los diferentes ecosistemas impactados por el Proyecto.
Toda la información recopilada se almacena en la base de datos de Para la Naturaleza, teniendo en cuenta la ubicación de la siembra, las especies identificadas y la familia, la fecha de registro, la edad de plantación y la ausencia o presencia de dosel. Esta metodología ayuda a la organización a ver cómo el esfuerzo de restauración está aumentando la biodiversidad en estos hábitats, lo cual es un indicador de ecosistemas saludables y establecidos.