El paisaje de bosques subtropicales que encuentras en esta área natural es dominado por los guajonales, unos monolitos de granito únicos de esta zona de Puerto Rico. De origen volcánico, las grietas, cuevas y cavidades que se forman entre los guajonales proveen el hábitat idóneo para el coquí guajón (Eleutherodactylus cooki), una especie endémica vulnerable que recibe su nombre de estas formaciones rocosas.
Esta área natural protegida abarca unas 179 cuerdas de la sierra que le da su nombre, también conocida como la Cuchilla de Pandura o La Pica, en los municipios costeros de Maunabo y Yabucoa. Este grupo de montañas baja desde la Sierra de Cayey y su origen volcánico se remonta a inyecciones de magma del interior de la corteza terrestre de unos 90 millones de años de antigüedad.
El hábitat principal del coquí guajón es el resultado de las fuerzas de la erosión sobre estas formaciones a lo largo de los siglos, y su canto misterioso—que alguna vez le mereció el apodo del “Demonio de Puerto Rico”—es parte de lo que hace única a esta área natural. Protegerla es parte de nuestro trabajo y asegurar los hábitats del coquí guajón es clave para evitar su extinción.