Cuando se habla de colecciones patrimoniales, las primeras imágenes que llegan a la mente no suelen ser de especímenes preservados de plantas y animales. Las llamadas colecciones biológicas, como el herbario de la Universidad de Puerto Rico (UPR), tampoco se asocian con las prioridades inmediatas del gobierno tras un evento como el paso del huracán María.

Sin embargo, para el curador del herbario y catedrático del Departamento de Biología del Recinto de Río Piedras de la UPR, Eugenio Santiago, se trata de colecciones tan valiosas como obras de arte y arqueología, por lo que merecen igual atención y cuidado.

Aclaró, de inmediato, que la administración del principal centro docente del país ha tenido una respuesta “diligente” para el herbario antes, durante y después del huracán María, que ha permitido –hasta ahora– que la colección de aproximadamente 40,000 especímenes esté a salvo.

“En todo evento hay lecciones. La lección número uno en esta ocasión puede ser que la administración evalúe la posibilidad de que se utilicen fuentes renovables que permitan suplir energía, al menos, a los equipos básicos de climatización del herbario: control de temperatura y humedad”, dijo a El Nuevo Día.

Resguardo

Santiago contó que, “hace varios años”, la administración adquirió un generador eléctrico para, precisamente, asegurar el funcionamiento de los equipos de climatización del herbario en caso de que el sistema de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) fallara después de un huracán.

Al generador se le dio mantenimiento previo al paso cercano del huracán Irma a principios de septiembre pasado. Desde entonces, agregó, ha funcionado “bien”, pero “me preocupa que no necesariamente están diseñados para operar por períodos prolongados”.

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