El estudiante Rafael Ojeda Rexach, interno Para la Naturaleza, junto a Elizabeth Padilla, gerente de la Unidad de Ciencias, Educación y Voluntariado, quien dio mentoría al joven durante el periodo de internado en la organización.
Para la Naturaleza ha sido parte de la vida de Rafael Ojeda Rexach desde niño, bien fuera participando en eventos como La Feria, disfrutando de los recorridos en las áreas naturales que la organización protege, como voluntario o en los Talleres de Inmersión en la Naturaleza (TIN) en los veranos. Estas experiencias fueron dirigiendo y formando su vocación y ahora, con 19 años, el universitario de Wheaton College, en Massachusetts, formó parte del Programa de Internado de la organización, experiencia que afirma, se ha convertido en la confirmación y validación de su propósito de vida y aspiraciones profesionales.
Rafael, quien acaba de culminar su segundo año en Relaciones Internacionales con una
concentración en Comportamiento Político e Identidad y una especialidad en Estudios Ambientales, participó del internado de la organización del 2 de julio al 6 de agosto de 2024.
“Yo siempre he tenido una conexión con Para la Naturaleza. Cuando estaba en la escuela superior, apoyé como voluntario en el Vivero de Río Piedras (ubicado en el Jardín Botánico de la Universidad de Puerto Rico), oportunidad que me hizo darme cuenta de lo que yo quería estudiar en la universidad”, expresó Rafael.
El universitario explicó que, como parte del programa Sophomore experience (que se lleva a cabo el segundo año o en el verano después del mismo) los estudiantes de la mencionada universidad experimentan vivencias relacionadas con sus áreas de estudio.
De esta forma, inmediatamente, Rafael pensó en Para la Naturaleza, sometió su solicitud a la universidad y la misma fue aceptada, logrando de este modo su internado de verano bajo la supervisión, dirección y mentoría de Elizabeth Padilla, gerente de la Unidad de Ciencias, Educación y Voluntariado (CEV).
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Gracias a las experiencias que ha tenido en el internado, Rafael confiesa que ha podido trazar lo que aspira seguir en términos profesionales: estudiar derecho en Puerto Rico y enfocarse en temas ambientales, y, en el futuro, formar parte del equipo Para la Naturaleza.
Elizabeth, por su parte, destacó el enfoque del programa y la importancia que tiene para sus participantes. “El Programa de Internado va mucho más allá de que el interno nos ayude a ir adelantando algún proyecto, tarea o acción dentro de la organización; aspiramos a que sirva como una plataforma para que pueda ir descubriendo o validando sus propósitos de vida, hacia dónde se quiere dirigir y que pueda seguir desarrollándose”, reflexionó la gerente de CEV.
A Rafael se le asignó el proyecto de Compendio de Leyes y Reglamentos Ambientales. También para referencia de la Unidad, realizó investigaciones sobre las legislaciones de los derechos de la naturaleza y cómo Para la Naturaleza puede educar sobre el tema.
Como parte de su internado, colaboró, además, en la compilación de literatura y referencias para alimentar un futuro archivo digital en el portal de empleados Para la Naturaleza. El espacio contendrá hojas de datos, artículos y ensayos de variedad de temas de la A-Z, como lo son afrodescendencia, agroecología y bioluminiscencia, entre muchos otros. La importancia de este ejercicio es tener un depósito unificado de literatura y referencias que apoyen los contenidos de la organización.
“He aprendido mucho en el internado, y el ambiente en la oficina y en la organización en
general, me encanta; los empleados son bien cálidos. Por otro lado, gracias a este internado, he podido confirmar lo que quiero hacer con mi vida en términos profesionales”, confesó Rafael.
Una vez culmine su bachillerato, aspira estudiar derecho aquí, en Puerto Rico, enfocarse en temas ambientales y, en el mejor de los escenarios, formar parte del equipo Para la Naturaleza.
Elizabeth reflexionó sobre la positiva influencia que la organización ha tenido en la vida de este comprometido joven con grandes aspiraciones para la conservación del archipiélago. “Rafael tuvo esa experiencia inicial en los TIN, que lo llevó a tener otra, en el Vivero de Río Piedras. Con ellas, él fue visualizando lo que es su misión de vida. El vínculo de Rafael con la organización es un gran ejemplo de cómo estamos impactando la vida de las personas y la oportunidad de internado ha reforzado su propósito de vida y lo que él quiere hacer y hacia dónde se quiere seguir desarrollando académicamente”, concluyó con entusiasmo.