Las autoridades climatológicas han confirmado que el calentamiento global sigue en ascenso. Tanto, que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) anticipa que 2021 puede acabar entre los diez años más calientes en la historia del clima del planeta, con récord de más de un siglo. Esto tiene serias implicaciones para islas como Puerto Rico.
El ascenso en las temperaturas causa fenómenos con potencial catastrófico que la isla conoce ya, así como el resto del mundo. Huracanes de máxima intensidad – como Irma y María -, desastres por inundaciones repentinas, aumento en el nivel del mar, incendios forestales y sequías, que aquí han obligado a racionar el suministro de agua, son algunos resultados. Estos eventos tienen, a su vez, impacto directo sobre la agricultura, la seguridad y la salud pública. También afectan la economía y las oportunidades del país de tener un desarrollo económico duradero.
El Acuerdo de Glasgow, recién firmado por 200 países en esa ciudad escocesa, dista de lo esperado y necesario para reducir los factores que frenen el ritmo ascendente de las temperaturas, según conocedores. Pero el esfuerzo traza una agenda global para que cada país adelante pasos para atenuarlo. Por primera vez, el pacto alude a los combustibles fósiles como aceleradores del problema y llama a reducir gradualmente el uso de carbón como fuente de energía.
La meta principal de la cumbre internacional conocida por las siglas COP26 era establecer reducciones concretas de emisiones de dióxido de carbono y metano y revertir la deforestación, todos acelerantes del calentamiento. También procuraba adaptar para proteger a las comunidades y los ecosistemas naturales de estos cambios. Las otras dos metas, puestas en función de las primeras, eran dirigir la inversión a las acciones que permitan lograrlas y la cooperación internacional, particularmente para que los países en desventaja económica y vulnerabilidad estén en condiciones de proteger a su población. Esas aspiraciones no caducan con la firma del acuerdo.
Por el contrario, las acciones apremian, como confirma el aviso más reciente de la NOAA. El informe acentúa que todavía hay tiempo para evitar los resultados más negativos si se toman acciones drásticas.
Así como la isla está expuesta a recibir las consecuencias directas de esta crisis climática, tiene el deber de actuar para mitigarla y adaptarse. Las conversaciones internacionales para enfrentar esta realidad dan norte al proceso de recuperación puesto en marcha en Puerto Rico.
La agenda climática y económica del presidente Joe Biden mira a la misma dirección. Con la recién aprobada ley de inversión en infraestructura, que hace disponibles $1.2 billones (“trillions” en inglés), Estados Unidos enfrenta al cambio climático como oportunidad para activar la economía. Propone crear nuevos empleos en la construcción del tipo de infraestructura responsable y justa que demandan las próximas décadas.
Puerto Rico recibirá $2,265 millones de esos fondos con el fin de que responda con voluntad al mayor desafío de nuestra época. Ya tiene disponibles millones de fondos federales para hacerlo con la transformación energética y con infraestructura robusta capaz de superar eventos futuros.
Con el mismo propósito, el país ya cuenta con importantes proyectos liderados por el sector sin fines de lucro con apoyo privado para reforestar, desarrollar infraestructura verde y concienciar sobre el valor de los recursos naturales para proteger vidas y propiedades.
Además, por virtud de ley, el gobierno ha creado un Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático con el deber de asesorar y preparar un Plan de Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático. Asimismo, tiene como aliada a una comunidad científica de excelencia y comprometida.
Mientras, cada persona puede aportar con acciones cotidianas relativas, por ejemplo, al transporte, consumo y manejo de residuos, del agua y de la energía. Desde el plano doméstico y comunitario hasta el empresarial y sectorial, los tiempos llaman a hacer lo necesario para lograr que el planeta sea hogar seguro para la actual y venideras generaciones.
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