Como muchos otros sistemas naturales, las dunas resultaron significativamente impactadas tras el paso del huracán María, y las marejadas de este mes agravaron los efectos.
Así lo ha constatado un grupo de expertos de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto de Aguadilla, que recibió fondos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) para evaluar las condiciones de las dunas de la costa norte y noroeste de la isla, específicamente entre Isabela y Dorado.
El profesor de Biología Robert Mayer explicó que, hasta ahora, el grupo ha evaluado las dunas entre Isabela y Hatillo, encontrando que el “mayor daño” ha sido en áreas sin vegetación y en las que las personas han creado caminos sobre la arena.
“Hay áreas con mucha erosión. Esas partes sin vegetación y por donde pasa mucho la gente, no resistieron”, dijo Mayer a El Nuevo Día.
Con los $18,500 que FEMA le otorgó al Centro de Conservación y Restauración Ecológica de la UPR-Aguadilla, se adquirieron computadoras de “alta tecnología” y drones, entre otros equipos, que servirán para crear mapas tridimensionales y calcular el “valor real” de pérdida en las dunas.
Mayer indicó que, con esas imágenes, el grupo identificará las principales amenazas para las dunas y diseñará proyectos de restauración. El grupo presentará su informe final a FEMA el próximo 10 de mayo, tras lo cual iniciará la fase de implantación de los proyectos de restauración, que debe extenderse uno o dos años.
El Centro, también conocido como Vida Marina, monitorea, marca y realiza necropsias a tortugas varadas entre Camuy y Cabo Rojo.
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